Jean- Baptiste Debret, gran pintor llegó a Brasil en 1816 y su obra es de inmenso valor al registrar una nación en formación, el boceto de un país. Su obra deja ver costumbres, el registro histórico del día a día en las calles, del horror de la esclavitud, la sociedad brasileña con todos sus matices, en el registro de un genio. Es refrán común que cada retrato de Debret vale una tesis. ¿Una sola?
Debret ya fue hasta tema de muchas escuelas de samba y su cuadro siempre recordado en esta época del carnaval, es el famoso retrato de la esclava que hace “limões de cheiro” (pequeñas esferas de cera llenas de agua perfumada) que eran utilizadas en las batallas de carnaval, o también podían ser, conforme el presupuesto, batallas de apenas harina o agua - Scène de carnaval.
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