Pintura de Albert Eckhout – Siglo XVII - Brasil holandés
La gran facilidad con que los indígenas armaban una molienda de mandioca, la transformó en elemento de fundamental importancia para el poblamiento de Brasil. Además de esto la harina de mandioca es un acompañamiento que se puede comer crudo y tarda mucho en pudrirse, siendo excelente comida para largos viajes.
Los nativos asaban en el espeto directo en el fuego o hacían agujeros en el piso, cocinaban con ayuda de la cerámica. En una gran cerámica tostaban la harina y hacían el beiju, hasta hoy esta gran cerámica es considerada la mejor manera de tostar la harina de mandioca, elemento indispensable para el indio, y para todos los que llegarían después.
La mandioca fue el sustento de la colonia, consumida en las grandes casas, en las senzalas (alojamiento de esclavos), en viajes por tierra de los bandeirantes y llevada a muchos países por los portugueses. Siendo hoy raíz de fundamental importancia para Congo y Ghana.
Los portugueses llegaron en 1500, pero ya en 1502 debido a la total ausencia de cualquier instrumento de metal, Brasil fue declarado una tierra sin metales preciosos.
Para hacer negocio con los indígenas, aventureros portugueses y franceses vivían años entre los indígenas, aprendían sus modales, idiomas, tenían hijos, pero mas que todo aprendían a sobrevivir en la selva, a alimentarse, abrigarse, identificar hierbas, animales dañinos y todo el conocimiento indígena que hizo de Brasil un país posible.
Los primeros brasileños eran traficantes de palo-brasil, pieles de onza, pájaros, y esclavos indígenas. Ya en 1531 la nave francesa “Peregrina” fue arrestada llevando 300 toneladas de palo – brasil, 3000 pieles de “onzas”, 600 papagayos, 1,8 toneladas de algodón, aceites medicinales, pimienta, semillas de algodón y muestra de minerales.
Esto fue apenas el principio de la degradación de nuestras matas.
Los actos antropofágicos de los indígenas intimidaban mucho al visitante, pero la gran significación de tal acto hoy, es la esencia del Brasil actual.
Para ser comido por los indígenas, el visitante debía demostrar ser un bravo guerrero o tener conocimientos distintos, porque consumir su carne de alguna manera significaba obtener sus cualidades y transformarlas en propias. Hasta hoy el brasileño aprende con la cultura extranjera, la digiere y la transforma en algo nuevo.
En la primera “visita” oficial ya había esclavos negros en el barco como esclavos. En verdad los portugueses fueron pioneros en Europa en navegar largas distancias y cuando llegaron a Brasil ya esclavizaban africanos y estaban en camino de hacer negocios en diversas regiones del planeta llegando hasta a la tan lejana Nagasaki en Japón. Además de esto traen en su ser influencias moras.
Aventurero como pocos, el portugués, viajó en busca de condimentos y riquezas y no se negó a probar nada, y llevó a todas sus colonias frutas, semillas y bulbos transformando y dando nuevo aspecto a la flora local.
El portugués trajo el ganado, la gallina, el mango, la jaca, el yambo, y traerá también la caña de azúcar, heredada de los árabes, y para cultivarla, a los esclavos. Los negros fueron traídos para las duras tareas del plantío, cosecha y molienda de la caña de azúcar, y el tabaco. Después para obtener oro, diamantes, café y también para todo tipo de tarea que demandasen fuerza.
Huevo Benedict
Hace 5 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario